[Click here to go back to World Challenge Pulpit Series multilingual site] Festejando en la presencia de tu enemigo! (Feasting in the Presence Of Your Enemy!) ------------------------------------------------------------------------ Texto en Archivo + ndice de Sermones en Espaol + Capilla + Subscripciones + Copyright ------------------------------------------------------------------------ Por David Wilkerson 28 de Febrero del 2000 __________ Aderezars mesa delante de m, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa est rebosando. (Salmo 23:5). De todas las promesas maravillosas que Dios nos ofrece en el Salmo 23, esta es una de las ms gloriosas. Piensa en lo que l est prometiendo hacer por nosotros aqu: l dice que va a preparar una mesa para nosotros, va a poner delicioso manjar sobre ella, entonces se pondr un delantal y nos servir. Y l hace todo esto delante de nuestros enemigos. Ahora bien, nosotros sabemos que cuando Dios dice que l va a proveer la comida, la cena no ser algo ordinario. La palabra para mesa en este verso significa esparcir". Dios no est hablando tan slo de un pequeo plato de comida. l est hablando acerca de una gran cantidad de bienes - un banquete masivo. l pone delante de nosotros fila tras fila de deliciosa comida celestial, para que probemos y comamos. Y slo hay un invitado a esta cena - t. Dios hace esta maravillosa obra de preparar y servir a cada individuo que ama a Jess y se llama por su nombre. Adems, para preparar el ambiente, Dios declara que esta fiesta es un tiempo para rer, gozar y cantar. l te dice: Come, bebe - regocjate y algrate. Por el placer se hace el convite, y el vino alegra... (Eclesiasts 10:19). Entonces, mientras comes la suntuosa cena, Dios unge tu cabeza con el aceite de alegra. Ungiste mi cabeza con aceite: (Salmo 23:5). Por tanto te ungi Dios, el Dios tuyo, con leo de gozo sobre tus compaeros. (45:7). Mientras Dios est preparando y sirviendo tu banquete, l hace que tus enemigos se sienten en las afueras de la escena y observen como todo toma lugar. Ellos ven al Seor mismo poniendo la mesa con alimentos, llevndote a tu asiento y sirvindote. Entonces ellos ven como t llenas tu alma con los deleites celestiales. Te digo que ningn poder satnico, incluyendo al diablo mismo, puede comprender esta clase de amor, misericordia y gracia. Qu increble escena! Puedes verlo? Tus enemigos estn asombrados. Estaban seguros que Dios te iba a derribar por tus fracasos. Estaban preparados para pararse sobre ti, mientras eras destruido. Sin embargo, ahora fueron ordenados a observar como el Seor te sirve, te alimenta y te unge con el leo de gozo y alegra. Jess nos dice que el Padre hace esto por todos sus hijos: Bienaventurados aquellos siervos, a los cuales cuando el Seor viniere, hallare velando: de cierto os digo, que se ceir, y har que se sienten a la mesa, y pasando les servir. (Lucas 12:37). ------------------------------- Antes de que hablemos acerca de la mesa del Seor, necesitamos hablar acerca de quienes son nuestros enemigos. ------------------------------- En trminos bblicos, existen dos clases de enemigos - el satnico y el humano. Aqu en el Salmo 23, David se est refiriendo a enemigos satnicos. Estos representan al diablo y a todos sus principados y poderes infernales. Segn Jess: Y el enemigo..., es el diablo... (Mateo 13:39). Cuando David habla acerca de su enemigo fuerte en el Salmo 18, se refiere a las huestes satnicas que le odian por su caminar firme con el Seor: Librme de mi poderoso enemigo, y de los que me aborrecan, aunque eran ellos ms fuertes que yo. (Salmo 18:17). Sin embargo muchos de nuestros enemigos no son del infierno. Cuando Jess nos dice que amemos a nuestros enemigos", ciertamente no est hablando del diablo y sus huestes. l se est refiriendo a gente en tu vida que se han convertido en herramientas usadas por Satans para amargarte la vida. Fueron los enemigos carnales de David quienes le hicieron clamar: Lbrame de mis enemigos, oh Jehov: A ti me acojo. (Salmo 143:9). Tendrs pocos enemigos humanos porque te mueves en un crculo pequeo. O, tendrs una abundancia de enemigos porque tu esfera de influencia es amplia. En cualquier caso, si has dispuesto tu corazn a seguir a Jess, sers una ofensa para muchos. Y sers resistido tanto por impos como por Cristianos carnales. Ms an, sers marcado como un blanco del diablo y sus espritus malignos. Tu adversario, el acusador, te atacar fsica y espiritualmente. Y ocasionar problemas entre tus enemigos humanos. Por estas razones, el banquete sobrenatural del Seor ser ms asombroso - porque las dos clases de enemigos tendrn que sentarse y observar como el Seor te sirve. A un lado estn el diablo y sus huestes, y en el otro tus enemigos terrenales. Y en medio de ellos, el Seor est derramando su aceite de alegra sobre ti. En el rea satnica, el diablo ruge porque pens que te tena seguro. Y en el lado humano, Dios llena de vergenza a tus enemigos. Su palabra dice de los justos: A sus enemigos vestir de confusin: Mas sobre l florecer su corona. (Salmo 132:18). En esencia, Dios est diciendo: Tus enemigos carnales crean que estabas destruido. Pero ahora slo pueden maravillarse como te alimento y te bendigo. Mientras comes del alimento glorioso ante ti, el Seor se acerca y te susurra al odo: No tienes que preocuparte por ninguno de estos enemigos. No son capaces de hacer nada contra ti. Porque trazaron el mal contra ti: Fraguaron maquinaciones, mas no prevalecern. (21:11). Verdaderamente, Dios te ofrece toda seguridad divina. Y finalmente, puedes cantar: Y luego ensalzar mi cabeza sobre mis enemigos en derredor de m: Y yo sacrificar en su tabernculo sacrificios de jbilo: Cantar y salmear a Jehov. (27:6). ------------------------------- Diospone esta mesa para ti no tan slo en tiempos de victoria, sino especialmente en tus tiempos de fracaso. ------------------------------- Los puritanos a menudo usaban esta frase sorprendido por el pecado". Esto se refiere a aquellos tiempos cuando no esperas pecar - pero repentinamente el enemigo viene como un ro, y te abruma. Algo te vence - una lujuria o hbito antiguo que pensabas haber vencido - y terminas cayendo. Te arrepientes rpidamente, lloras y te entristeces por tu pecado. Pero entonces te deprimes, sintiendo culpabilidad y confusin. Piensas: Cmo pude permitir que esto volviera a suceder? Y cuando tratas de entrar en la presencia de Dios, te sientes avergonzado. Te dices a ti mismo: Necesito distanciarme del Seor mientras trato de arreglar esto. Tengo que arreglar las cosas de alguna manera. Tengo que demostrarle que no quise hacerlo. Aqu es cuando tu acusador, el diablo, saltar sobre ti como un len hambriento. l traer a tu mente toda escritura concerniente al odio de Dios hacia el pecado. l te recordar advertencias bblicas acerca de pecar contra la luz. Y te recordar el disgusto de Dios con todos aquellos que cayeron en el Antiguo Testamento. Entonces susurra: Mira como Dios quit su Espritu de todos aquellos que cayeron. Y ahora t has pecado de la misma manera. l ha quitado su Espritu de tu vida por completo. Eres un falsante, un hipcrita - no prcticas lo que predicas. Y cuando comparezcas en el da del juicio, tus propias palabras te van a condenar. Amados, el diablo nunca conoce los resultados de cualquier fracaso del cristiano. l no sabe como vas a reaccionar despus que has fallado, o como Dios va a responder a tu pecado. En efecto, el gran temor de Satans es que t corras hacia la misericordia y perdn de Dios. As que el enemigo hace todo en su poder para evitar que comprendas las promesas del pacto. l quiere llevarte bajo la ley, donde tu conciencia te condenar. l quiere que ests convencido que tienes que pagar por tu fracaso. l quiere verte adolorido, tratando de ganarte el favor de Dios. No- eso nunca es lo que el Seor quiere para el corazn arrepentido. Vers, cuando piensas que mereces su ira y castigo, Dios te llama a un banquete. Y mientras tus enemigos se acomodan para verte sufrir bajo juicio, el Seor los sorprende a ellos- y a ti - al alimentarte de su mesa. As es como Dios trata a sus hijos arrepentidos. Aqu tienes un ejemplo: Considera a un anciano de la iglesia - un hombre piadoso que ora diariamente, escudria la Palabra de Dios, honra a su esposa y es un padre amante. Todas las transgresiones pasadas de este hombre estn bajo la sangre de Cristo. Su mal fue vencido por el poder del Espritu Santo. Y ahora este amable, atento y considerado hombre camina en la sabidura de Dios. Pero un da el enemigo viene contra l como ro. El hombre pasa un da horrible en su trabajo, y mientras sale de la oficina su mente es atacada. l trata de orar durante el trayecto a casa, pensando: Seor, slo quiero llegar a casa, acostarme en el sof y darte las gracias porque el da ha terminado. Mientras tanto, en casa, su esposa tambin tuvo un da difcil. Todo ha salido mal, y los nios estn fuera de control. Ahora ella est incmoda mientras espera que su esposo llegue a casa y atienda a los nios. En seguida que este hombre entra por la puerta, su esposa corre hacia l y comienza a deshogarse acerca de todos los problemas del da. Sin embargo, l est muy abrumado para escucharla - y le dice que no quiere saber nada. A hora ella se siente an ms frustrada. Comienzan a discutir - y de repente es como un dique que se desborda. En un instante, estn gritando, ponindose nombres, presionando todos los botones. Intercambian palabras feas con la intencin de cortar y herir. Entonces, de la nada, el hombre estalla. Una torrente de palabras de enojo salen de su boca - incluyendo una maldicin. Su esposa retrocede, espantada. Entonces dice: Oh, as es como un hombre de Dios le habla a su esposa? Es este el vocabulario de un anciano de la iglesia, un hombre a quienes todos creen tan santo? Qu farsante. Enojado, el hombre da la vuelta y sale por la puerta. Afuera, sin embargo, es conmovido y herido, su alma vencida por vergenza y tristeza. l comienza a gemir por dentro: Oh, Dios - de dnde sali eso? Mi corazn debe ser tan malo. Ahora estoy descargando mis frustraciones sobre mi familia. Hasta el cristiano ms piadoso es sorprendido por situaciones abrumantes e inesperadas como sta. Y a veces nos sucede despus que hemos experimentado grandes victorias. Como Adn, nos queremos esconder de Dios. Pensamos que l est enojado con nosotros y que Satans ha ganado terreno en nuestras vidas. Entonces, en nuestra confusin, caemos en la rodada de Romanos 7:15: ...lo que quiero, no hago; antes lo que aborrezco, aquello hago. De repente pensamos: Cmo puedo considerar ministrarle a alguien, cuando soy tan malo? Oh Dios - cunto tiempo tomar para que yo quite este sucio de mis manos y me sienta santo otra vez? En ese mismo momento el Seor nos llama: Ven al banquete. No necesitas tiempo lejos de m. Sintate y prueba mi misericordia. Quiero que festejes en mi mesa, en la presencia de tus enemigos. ------------------------------- Cul es la actitud de Dios hacia sus hijos cuando son sorprendidos por el pecado? ------------------------------- Jess contesta esta pregunta en la parbola del hijo prdigo. Este joven fue vencido por el pecado, gastando sus recursos en sus lujurias. Termin atado, comiendo el alimento de los cerdos. Y pens: He pecado tanto, que nunca ser aceptado por mi padre como antes. Seguro que tengo que pagar por esto de alguna manera. Los temores del prdigo no le dejaban regresar a su padre. Mas bien, en realidad, su padre nunca estuvo enojado con l. Ese piadoso hombre slo ansiaba el regreso de su hijo. Finalmente, cuando el prdigo estaba en la desesperacin, sintiendo el impacto de su fracaso, pens en la abundancia de la casa de su padre. Y en su desesperacin, regres al hogar. Cmo respondi el padre? l corri a encontrarse con su hijo - abrazndolo, besndolo en el cuello y perdonndolo, sin ninguna pregunta. Las Escrituras nos dicen: Mas el padre dijo a sus siervos: Sacad el principal vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y zapatos en sus pies. Y traed el becerro grueso, y matadlo, y comamos, y hagamos fiesta: (Lucas 15:22-23). Aqu, en las palabras de Jess, vemos la actitud del Padre celestial hacia sus hijos: Inmediatamente despus que caemos, nuestro Seor nos hace banquete y nos unge con el aceite de alegra. Vers, Dios mira el corazn - y en el mismo momento que l escucha el clamor de tu corazn pidiendo perdn, l pone la mesa ante nosotros. l nos dice: No corras de m. No te quedes en la pocilga del diablo, aceptando sus mentiras. Yo te amo - ahora, ven y ve lo que he preparado para ti. La primera bendicin que encontrars en tu plato es perdn inmediato e incondicional. Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maldad. (1 Juan 1:9). Desde que nos arrepentimos, Dios termina con el asunto de nuestro pecado. l desecha toda carga contra nosotros y echa nuestra transgresin completamente fuera de su vista. Adems, l no quiere or ms acerca de tu pecado. l dice en esencia: Yo me olvide - ahora, olvdalo tu tambin. No tengo nada contra ti. Todo lo he enterrado. Ahora, regocjate en mi salvacin, misericordia y gracia. Algrate en todo. Una vez que hemos aceptado el perdn del Padre, l nos invita a festejar en todo lo que aparece en el men: gracia, misericordia, bondad, compasin, amor inmerecido, paz, descanso, gozo, felicidad, fuentes frescas de la renovacin del Espritu Santo. Hablar de experimentar la gloria de Dios! Justamente cuando esperabas juicio y retribucin, el Seor te invita a un banquete de su gracia y misericordia. Porque t, Seor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan. (Salmo 86:5). Porque tu misericordia es grande para conmigo; Y has librado mi alma del hoyo profundo. (verso 13). Yo s lo que es esperar que el juicio de Dios caiga sobre uno despus que uno ha fallado. Me pregunto: Habr un ataque contra mi cuerpo? Sufrir uno de mis hijos? Sucumbir mi esposa a la enfermedad otra vez? Dios, por dnde me vas a dar por lo que he hecho? Mas sin embargo, el Seor prepara un gran banquete para m en presencia de mis enemigos. Quines son mis enemigos en este caso? Son enemigos diablicos de temor, depresin, confusin, ataque interior, mentiras satnicas. Por lo tanto, me arrepiento rpidamente, echando mano de las promesas del pacto de Dios. Y me recuerdo a m mismo: David, no tienes que llorar para demostrar que estas arrepentido. Todo lo que necesitas hacer es confesar, arrepentirte, y mantenerte firme en la palabra del Padre. Entonces ve al banquete y regocjate en presencia de tus enemigos. As que me siento a la mesa del Seor y Jess, mi pastor, me sirve. l restaura mi alma al alimentarme con su misericordia, perdn, y tierna bondad. Entonces l me hace recostar junto a las aguas y me muestra escritura tras escritura acerca de su amor. Siento la gracia de Dios soplar sobre mi alma. Y lgrimas de gozo se llevan mi culpabilidad, mis temores y mis ansiedades. Mientras esta increble bendicin toma lugar, mis enemigos son forzados a sentarse y observar, completamente vencidos. Y finalmente, les escucho susurrar: l ha aprendido el secreto - est confiando en las promesas de Dios. Alejmonos. ------------------------------- Vamos a poner nuestra atencin en festejar en presencia de los enemigos humanos. ------------------------------- La promesa del Salmo 23 cubre a ambas clases de enemigos, satnicos y humanos. Y el Seor quiere que festejemos hasta ante nuestros enemigos humanos - personas que se han convertido en armas de Satans para molestarnos. Djame usar una carta que recib de un ministro como ilustracin. Una estimada hermana escribe acerca de su matrimonio con su esposo inconverso. El hombre se siente condenado por la vida piadosa de su mujer. As que ltimamente es abusivo con ella, molestndola y llamndole por nombres feos. Recientemente, el esposo lleg borracho a casa. Con rabia, la presion contra la pared y le grit en la cara: T eres una fantica. Estoy cansado de tus sermones. No quiero escuchar otra palabra. T no eres mejor que yo. Y l continu acusndola con un lenguaje diablico. Despacio el enojo comenz a elevarse en la mujer. Todo en ella quera reaccionar, nombrando todas las malas acciones de su esposo contra ellas. Pero al contrario, ella cerr los ojos y or silenciosamente: Espritu Santo, aydame. La gracia de Dios se derram sobre ella - y fue llena de una paz sobrenatural. Ella mir a su esposo tiernamente y no dijo nada. Cuando l vio que ella no iba a reaccionar, la solt y se sent delante del televisor. Mientras tanto, ella continu sus quehaceres con paz y gozo en su corazn. Ella estaba festejndose en la mesa del Seor alimentndose con la gracia, paciencia y esperanza que Dios haba puesto ante ella. Quizs t ests soportando una situacin difcil en tu trabajo. Quizs tus colegas te han traicionado, chismeando y mintindole al jefe de tu persona. Te pasas los das llorando por la forma cruel en que te han herido. Estimado santo, Jess te est llamando a festejar en presencia de tus enemigos. l te est recordando que en la situacin ms difcil, puedes correr a la promesa del Pacto de Dios: Ninguna arma forjada contra mi prevalecer... Tu Padre est poniendo la mesa para ti - y l quiere llenarte con su gracia y compasin. ------------------------------- Es posible perder la mesa del Seor por incredulidad. ------------------------------- Cuando Israel sali de Egipto, se perdieron todas las fiestas que Dios haba preparado para ellos. Vers, despus de su liberacin, Dios les mand que guardaran la fiesta del pan sin levadura cada ao en la tierra prometida. Esto significaba que por seis das deban comer pan sin levadura - y al sptimo da deban celebrar una fiesta. Dios plane varias fiestas ms para Israel - tiempos maravillosos para que toda la nacin se regocijara en el Seor, disfrutaran su presencia y recibieran su uncin. Sus mesas tenan que estar repletas de cosas buenas - leche, miel, aceite, uvas, cereales, y carnes. Una de estas celebraciones sera la fiesta de los primeros frutos. Y te alegrars con todo el bien que Jehov tu Dios te hubiere dado a ti y a tu casa, t y el Levita, y el extranjero que est en medio de ti. (Deuteronomio 26:11). El Seor le estaba diciendo al pueblo: Quiero que se regocijen en todo lo que les he dado. Este es un tiempo para que ran, canten y recuerden. Tambin, Moiss instruy a los lderes de Israel a que celebraran la Fiesta de Pascua. Esta fiesta sera tomada como un tiempo de enseanza para sus hijos: Y contars en aquel da a tu hijo, diciendo: Se hace esto con motivo de lo que Jehov hizo conmigo cuando me sac de Egipto. (xodo 13:8). Todo padre deba contar a su hijo: Esta fiesta es para celebrar nuestra liberacin. Nos regocijamos porque Dios nos libert de Egipto. En cada fiesta, el Seor le deca a Israel: Regocjate - algrate y canta. Todas las fiestas seran de sanidad, celebraciones de la libertad del pacto amoroso de Dios hacia su pueblo. Mas sin embargo, las Escrituras slo registran que una sola fiesta fue observada en el desierto. Esa fiesta tom lugar en el primer aniversario de la liberacin de Israel de Egipto. Despus de eso, las fiestas ordenadas por Dios aparentemente fueron olvidadas. sta no fue la intencin de Dios para su pueblo. Su plan fue que ellos residieran en la tierra prometida, donde tendran toda clase de recursos para celebrar sus fiestas. Pero por el pecado de Israel, permanecieron en el desierto. Y su nico recurso fue el man que Dios le mand del cielo y una pequea cantidad de maz que trajeron de Egipto. Te puedes imaginar lo que un joven israelita habra pensado cuando la fiesta fue celebrada por Israel? Haba vivido comiendo man maana, tarde, y noche por toda su vida. Y ahora, mientras la fiesta tomaba lugar, l observa que ms man es servido. As que le pregunta a su padre: Padre, qu significa esta celebracin? Su padre le contesta: Es la fiesta del pan sin levadura, hijo. Estamos celebrando nuestra liberacin de Egipto. Este es un tiempo para regocijarse en la libertad que Dios nos ha dado. El muchacho queda perplejo. Regocijarse por la liberacin? Todo lo que l ha escuchado de sus padres eran murmuraciones, quejas e incredulidad. Y en varias ocasiones les ha visto entrar a su tienda a escondidas para adorar a sus pequeos dolos que pasaron de contrabando desde Egipto. As que el muchacho le pregunta a su padre: Llamas esto liberacin? De qu debemos regocijarnos por el seco desierto? Lo nico que hemos experimentado es el aburrimiento por las mismas cosas. Por qu tenemos que hacer fiesta con ms man? Por qu no estamos viviendo donde estn todas las cosas buenas? Desafortunadamente, Israel fracasaba continuamente en observar las fiestas del Seor. Las Escrituras nos dicen: Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. (Hebreos 3:19). Me pregunto cuntos jvenes en la actualidad slo observan incredulidad en la generacin anterior que testifica haber sido libertado del pecado. Cuntos nios en hogares cristianos estn diciendo: Pap, Mam - A esto llamas liberacin? No hay regocijo en nuestra familia. Nuestro hogar est lleno de inquietudes y peleas. Y lo nico que escucho son quejas y chismes. Este lugar es como una funeraria. Con razn tantos jvenes no le sirven al Seor. Sus padres an estn caminando en el desierto. Nunca entraron a las promesas del pacto de Dios. Ellos no saben lo que significa regocijarse, porque ellos nunca van a la fiesta. Llevas una vida espiritualmente estancada? Ests siempre cargado viviendo da a da, siempre temeroso, en realidad nunca disfrutando tu caminar con el Seor? Djame preguntarte - No ests cansado de todo? No te has dicho alguna vez: S que Jess me salv y que he cambiado. Pero, por qu no disfruto la fiesta? Dnde est mi uncin con el aceita de alegra? Tienes que tomar un paso de fe. No vaciles en las promesas que Dios te ha hecho. Echa mano de ellas - y s completamente persuadido que lo que l te prometi, l es capaz de cumplirlo. El Espritu Santo slo responde a la fe. l no responde a tu ro de lgrimas o tus promesas de portarte mejor. Eso pudiera ser parte de tu arrepentimiento. Pero slo la fe trae la respuesta del Seor. La fe lo mueve a actuar, trayendo a tu vida su misma gloria. As que, acepta el amor y perdn de tu Padre. Tienes derecho a la fiesta - y ningn demonio en el infierno te la puede robar. Cree en la palabra de Dios a tu vida - y permtele que te siente a su mesa celestial. --- Usado con permiso por World Challenge, P. O. Box 260, Lindale, TX 75771, USA. 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